NO a la cadena perpetua

31-07-2020

NO a la cadena perpetua

No hay nada más triste que un perro encadenado, ver como su vida se marchita en dos o tres metros cuadrados, sin afecto, sin libertad, y en muchos casos, sin protección frente a las inclemencias.

El perro es un animal gregario, necesita vivir en comunidad, por lo que el aislamiento y falta de libertad es el mayor castigo que se les puede proporcionar. Estos pobres animales suelen terminar padeciendo desequilibrios emocionales, depresión, e incluso agresividad.

A este daño psicológico intenso, hay que sumar las consecuencias físicas por falta de movilidad. Pierden gran parte de la musculatura, suelen presentar heridas en el cuello provocadas por el propio collar, e incluso muchos de ellos se autolesionan debido a la frustración. Además, estos perros no suelen estar bien alimentados, lo cual agrava los problemas osteoarticulares provocados por la exposición prolongada a las inclemencias del tiempo.

Por desgracia, esta es la vida de miles de perros en nuestro país. No seas cómplice, ¡Denuncia!