Venta de animales
04-08-2015
- ¡Papá, papá! Mira que bonito es, ¡me he enamorado! Por favor, ¡¿Me lo compras?!
Es frecuente ver esta escena en los escaparates de las tiendas de mascotas. Los cachorros son tiernos, bonitos y graciosos, ¿quién puede resistirse a ellos? Las tiendas lo saben, y no dudan en colocarlos a la vista de niños y adultos, en un expositor tras el cual suelen poner un póster con la fotografía de un bonito paisaje verde.
Pero la realidad es que no se encuentran en ese gran prado, sino en un minúsculo cubículo de cristal donde apenas pueden moverse, expuestos a los posibles clientes como si de unos simples zapatos se tratase. La gente pasa y se detiene, y mientras unos se debaten entre comprar o no ese lindo cachorro, otros miran espantados el espectáculo, pensando en todo lo que este negocio repercute a los animales.
¿Merece un animal crecer entre las paredes de una jaula de cristal? Los expertos coinciden en que el destete precoz de los cachorros es perjudicial, y que la socialización de estos con personas y otros animales es fundamental en los primeros meses de vida. Todo ello incrementa la probabilidad de desarrollar problemas de conducta en la edad adulta. Por tanto, un cachorro que pasa sus días en el expositor de un comercio, se ve gravemente perjudicado. Además, las dimensiones de estos cubículos suelen ser extremadamente pequeñas, limitando al máximo la movilidad de los cachorros durante muchas horas.
Otra consecuencia de la exposición de animales en los escaparates de las tiendas es la compra impulsiva e irresponsable que provoca. Un animal no es algo de lo que encapricharse al pasar por un escaparate, sino que se debe meditar tranquilamente y tomar una decisión consecuente con tus posibilidades, ritmo de vida, economía, horarios... etc. Son muchos los que, arrastrados por un instante de entusiasmo, salen del centro comercial con el perrito en los brazos, sin ser aún conscientes de que la decisión que acaban de tomar influirá en sus vidas durante los próximos 15 años. Aunque la realidad es que muchos de estos animales visitan una protectora o perrera tarde o temprano.
Sin embargo, esta no es la parte más dura del negocio de la venta de animales domésticos. Tras las tiendas están los criadores, que en ocasiones someten a las hembras a una explotación reproductora constante. Ellas son las mayores víctimas. Durante muchos años son utilizadas para traer al mundo la “materia prima” de este negocio, sin que nadie a su alrededor sienta la más mínima compasión por ellas, haciéndolas dar a luz una y otra vez para arrebatarles sus cachorros posteriormente. Hay incluso casos en los que los animales viven hacinados en jaulas, sin atención sanitaria ni socialización. Os dejamos un par de enlaces a vídeos sobre el tema:
https://www.youtube.com/watch?v=hyhw6XqjwhM&list=PLJgQUE3fpBwIn2HUq8BWnF5L3MaI_aR_R
https://www.youtube.com/watch?v=y6iporvEdno
Hay a quienes simplemente les da pena el cachorro y deciden comprarlo. No te engañes, no estás rescatando un perrito, porque en cuanto se vacíe esa jaula llegará otro cachorro, y la madre seguirá siendo explotada en el criadero. Es un negocio, y si tú compras, lo estás haciendo posible.
A las protectoras nos llegan en ocasiones animales procedentes de criaderos, lo cuales han sido explotados hasta que, por salud o edad, dejan de ser productivos para el negocio. Algunos presentan secuelas físicas y psicológicas terribles. Un ejemplo de ello es Peggy, una pobre perrita rescatada por Galgos del sur tras ser utilizada para la cría (imagen no apta para los más sensibles: http://i60.tinypic.com/23u3o7k.jpg).
Está claro que se trata de un negocio que mueve muchísimo dinero, y en el que pocas veces se tiene en cuenta a los propios animales. Si de verdad quieres dar un hogar a un animal, te aconsejamos que visites cualquier protectora o perrera, están llenas de peludos que darían lo que fuera por formar parte de tu familia. Además, la jaula que vacíes adoptando no contribuirá a financiar ningún negocio, sino que implicará una nueva oportunidad de rescate para otro animal que lo necesite.
NOTA: Si a pesar de todo decides comprar, al menos acude a un lugar donde puedas conocer personalmente a los padres del cachorro, para comprobar que están sanos y que tienen una mínima calidad de vida. Y no olvides verificar que el vendedor cuenta con los permisos pertinentes.