Noa

Noa 2012-03-26 Noa, un día apareciste en la puerta de casa, eras un pellejo asustado sustento de mil caparras. ¡Qué injusta es la vida! Te bastó una mirada para ganarnos.

Poco a poco el miedo se tornó en confianza y afecto. Por unos días eras una más de nuestra familia, te quisimos y fuiste feliz. Por desgracia no pudiste quedarte con nosotros.

Si hay cielo seguro que ahora estarás corriendo por el verde césped del paraíso, moviendo tu colita torcida y dándole la manita a los ángeles. Aunque estuviste poco tiempo, nos dejaste tu huella y vivirás en nuestro corazón para siempre.

Pepa y familia.