Noa

Poco a poco el miedo se tornó en confianza y afecto. Por unos días eras una más de nuestra familia, te quisimos y fuiste feliz. Por desgracia no pudiste quedarte con nosotros.
Si hay cielo seguro que ahora estarás corriendo por el verde césped del paraíso, moviendo tu colita torcida y dándole la manita a los ángeles. Aunque estuviste poco tiempo, nos dejaste tu huella y vivirás en nuestro corazón para siempre.
Pepa y familia.